De espejos y dobles
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Jorge Macchi como “Doppelgänger”
Por Susanne Franz
Lo que se cose dos veces dura el doble, dice un viejo dicho alemán. Mañana se inicia la renombrada 51º Bienal de Venecia, y el interés internacional se va a enfocar —también— en el artista Jorge Macchi, representante de la Argentina. Junto al músico Edgardo Rudnitzky, Macchi ha creado una instalación en un oratorio (un lugar con altar y crucifijo, que en Italia forma parte de algunas casas privadas, palacios o monasterios) de la mítica ciudad de canales italiana. Durante la Bienal, que abre sus puertas hasta el 6 de noviembre, va a dar qué hablar.
Mientras tanto, en su ciudad Buenos Aires, Macchi ha dejado una pequeña —pero fiel a su estilo, inteligente y profunda— muestra en la galería Ruth Benzacar, que lleva el título alemán “Doppelgänger”. Se podrá visitar hasta el 16 de junio.
Se trata de diez figuras/dobles —una parece ser el espejo de la otra— que se construyen con textos ploteados directamente en la pared. En su forma exterior se parecen a pequeños hombrecitos o animalitos divertidos, pero su contenido dista mucho de ser gracioso: se trata de relatos sangrientos de asesinatos y matanzas, copiados del diario sensacionalista argentino “Crónica”. Los dos textos enfrentados tienen exactamente la misma cantidad de caracteres, por lo cual se corresponden y se ven casi exactamente iguales (aunque no se trate de espejos: son dos textos distintos que se leen perfectamente).
Macchi buscó durante ocho años hasta encontrar sus veinte textos “Doppelgänger”. Porque además del mismo número de caracteres, cada uno de los textos/parejas debía tener también una frase en común, que formara un puente y uniera las dos figuras. Y no cualquier frase, sino algo bien siniestro como “El cuerpo sin vida” o “Bañado en sangre”.
En los mitos populares, la aparición del “Doppelgänger”, del doble —la sombra del propio ser— significaba el anuncio de la muerte iminente. El motivo apareció con frecuencia en la literatura del romanticismo. La lectura moderna de Macchi juega con miedos arcaicos relacionados con la doble naturaleza y la confrontación con uno mismo en el espejo. Los pone en contexto con el periodismo sensacionalista, al que desnuda como el pobre sustituto de catarsis de la modernidad enfrentada con el miedo a la muerte.
Como siempre en las muestras de Macchi, hay abiertas muchas otras vías de interpretación. Vale la pena verla.
(Jorge Macchi, “Doppelgänger”. Ruth Benzacar, Florida 1000. Lun-Vie 11.30-20, Sab 10.30-13.30 hs. Hasta 16.6.)
Artículo publicado el 11/6/2005 en el “Argentinisches Tageblatt”.
Un artículo de Página/12 sobre la muestra se encuentra aquí.