La religión y el arte
La muestra de Omar Panosetti y Diego Perrotta en Bahía Blanca
Por Susanne Franz
Arte y religión no son tan diferentes entre sí. Ambas tratan de ir más allá de lo experimentable y lo experimentado. Ambas son el camino, nunca el fin. En el caso imposible de encontrar lo deseado, no habría más necesidad de ellas.
No hay una buena razón para creer en el arte. Hay que tener fe. Hay que tener fe para crear. Omar Panosetti y Diego Perrotta son artistas que tienen fe en el mundo y en la vida. No son “artistas religiosos”, pero su arte está atravesada por las preguntas existenciales del ser humano, y por las distintas expresiones de la religión en la sociedad.
En su instalación “Cayetano”, Omar Panosetti imprime sobre remeras imágenes de San Cayetano, al que muchos argentinos piden trabajo en su día, el 7 de agosto. Se forman largas filas ante su altar en el barrio de Liniers, donde los peticionantes dejan estampitas de santos y otros regalos. Con mucho cariño, Panosetti ironiza sobre mitos y leyendas de un pueblo que conserva la devoción en medio de su situación desolada. Conviven con las imágenes del Santo referencias a un Monumento al Trabajador en la tradición de la arquitectura monumental socialista, motivos eróticos y anécdotas urbanas. Fe y superstición se combinan en estas remeras, símbolos del “merchandising pop”, una ironía que crea distancia, mientras conmueve la descripción de la situación de quienes no tienen lo más necesario para vivir en dignidad.
La vida y la muerte, lo femenino y lo masculino, lo sagrado y lo profano conviven en la obra de Diego Perrotta. El artista crea un campo de tensión entre los extremos, y lo subraya con sus materiales y motivos, los fuertes colores, los volcanes en erupción, las máscaras amenazadoras. Perrotta muestra varias series de pinturas, empezando con la gran obra “Revés” de 2002, con fuerte expresividad barroca. Alrededor del cuadro hay diecisiete cruces con diversos mensajes que permiten un juego interactivo, porque el espectador, o mejor, “lector” de la obra está invitado a formar mensajes.
“Revés” abre la puerta a la “Serie del Diablo”. Estas composiciones geométricas y lúdicas, pomposas y “naif” a la vez, evocan el arte de los monjes medievales. No es casual que a Perrotta le importen las mismas preguntas éticas y metafísicas. ¿Qué es el mal? ¿Qué es la tentación? Sólo que en la obra de Perrotta no es Dios, sino el Diablo, el protagonista. Así, las preguntas, dudas y planteos antiguos se transforman en preguntas, dudas y planteos de hoy.
Por último, Perrotta muestra la serie “Ciudad del Milagro”, una vuelta a lo monocromático tras tanto despliegue de color. Son edificios abstractos que simbolizan instituciones como la escuela, la iglesia o las fábricas, amenazadas por monstruos silenciosos que las atraviesan y las penetran con sus tentáculos diabólicos. El mundo construido por el hombre no lo protege contra el mal, venga de afuera o de adentro.
No hay una buena razón para creer en el arte. No obstante, Omar Panosetti y Diego Perrotta creen —y crean. Con sus obras nos hacen la vida mucho más respirable. Como Dios manda.
(Prólogo para el catálogo de la muestra “La religión y el arte” de Diego Perrotta y Omar Panosetti en el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca (MAC), Sarmiento 450, Bahía Blanca. Mar-Dom 14-20 hs. Hasta 23.10.)
7/12/05 a las 7/12/2005
diego soy me llamo sergio david perrotta quisiera saber si sos familiar mio te felicito por las obras artisticas