El pintor como documentalista
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Patricio Larrambebere pinta la historia de PanAm
Por Susanne Franz
“¡No se vaya del país sin nosotros!” (Don’t leave the country without us!) fue uno de los slogans de la legendaria linea aérea norteamericana PanAm, escrito en la tipografìa alegre y clara que caracterizaba su diseño eficaz y mediático. PanAm fue un mito, el “sueño americano” hecho realidad. A partir del año 1927, su fundador Juan Terry Trippe había construido un imperio que se destacó durante décadas como pionero en casi todos los sectores de la aviación. El esplendor de PanAm brilla hasta hoy, de tal manera que es casi inimaginable que este imperio se haya derrumbado. Pero de hecho, después del ataque con una bomba terrorista contra un avión de PanAm que cayó sobre el pueblo escocés de Lockerbie, el gigante de la aviación no se recuperó nunca, y tras sufrir otros contratiempos y fracasos económicos tuvo que declararse en bancarota en 1991.
El pintor Patricio Larrambebere estuvo fascinado con PanAm desde niño. Le gustó la tipografía, coleccionó logos, slogans, etiquetas de valijas y recortes de diarios. Hay un marco con parafernalia de este tipo en su muestra “The Chosen Instrument” (el nombre codificado que usaba el gobierno norteamericano para su poderoso aliado privado), en la que cuenta la historia de PanAm. La pequeña colección funciona como nota al pie para las notables pinturas de Larrambebere. En ellas, delinea con libertad absoluta y seguridad de sonámbulo el camino del gigante PanAm. Lo trata con respeto, y de vez en cuando con una pizca de crítica o un guiño, pero en general usa el gesto del “pintor documentalista”, una postura que le queda muy bien.
De esa manera, el espectador se encuentra con una hermosa acuarela, con la cual Larrambebere cuenta la historia del primer vuelo de correos de PanAm. El pintor basa esa obra en una pequeña postal del año 1929, creada por un piloto de PanAm para conmemorar el evento. El triptico “Lockerbie” fue concebido a partir de tomas de video de muy pobre calidad, borrosas, en las cuales se ve el casco del avión estrellado y el salvamento de los muertos. Los fragmentos pixelados, transferidos al gran tamaño de la obra, transmiten de manera muy intensa e inmediata el trágico impacto del atentado. La fuente de otra pintura de gran tamaño es una foto bajada de Internet que muestra un tanque de guerra delante de un avión de pasajeros de PanAm. Y después, Larrambebere pinta el “último avión de PanAm” sobre chapa galvanizada, como si lo conjurara directamente sobre la panza de un avión.
Esta muestra de 11 pinturas de Larrambebere es inteligente, divertida, creativa y nostálgica, pero más que todo eso, cada obra es prueba de una maestría y perfección artística impresionantes.
(Patricio Larrambebere, “The Chosen Instrument”, pinturas. ZavaletaLab, Arroyo 872. Hasta 28.1.)
Este artículo salió (en idioma alemán) el 07/01/06 en el “Argentinisches Tageblatt”.