Razonar y sentir

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Obras 1996-2006: Gabriel Salomón en la Galería Rubbers

Por Susanne Franz

¿Cómo se puede entender el título de la nueva exposición de Gabriel Salomón, “Lo último en arte”? ¿Como slogan publicitario “Último grito en el arte”? ¿O como sentencia apocalíptica: “Lo último en el arte”? ¿Confiesa el artista “Doy lo último que tengo para el arte”?, o ¿expresa sus temores y dudas diciendo “Es esto lo último que tengo para dar”?

salo1.jpg“Lo último en arte” es, en principio, el título de una de las cinco series que componen esta síntesis de los diez últimos años de creación del artista. Desde 1996 Salomón elabora cubos de 125 milímetros de varios materiales –siempre nobles y duraderos como mármol, vidrio, aluminio, etc.–, que tienen en relieve la inscripción “Lo último en arte”. Para él, estos cubos son mensajeros. En una ceremonia los regala a personas importantes para él, o los entrega a lugares significativos, donde los entierra o los hunde en el agua. Salomón registra estas ceremonias en documentos sellados, con lo que confiere al ritual una dimensión festiva y, al mismo tiempo, ironiza sobre él. Con esta serie conceptual, Salomón describe la relación del artista y su obra con su entorno. “Da” lo suyo, pero sólo él sabe si adentro realmente hay lo que el título promete.

En 1996, Salomón sorprendió al mundo artístico de la Argentina con una serie de cuadros casi negros, que expuso en la Galería Ruth Benzacar. Al igual que los cubos, eran testigos de su escepticismo profundo y su búsqueda de sentido en el arte, mientras que, simultáneamente, la belleza pura de las obras apaciguaba todas las dudas.

Lo que Salomón presenta hasta el 20 de mayo en Rubbers no es ni su “Serie negra”, ni cuadros de la serie “Humo”, que se pudo ver en el año 2002 en las anteriores salas de la Galería Rubbers. Más bien muestra sus “Torres”, esculturas de metal cónicas de 2,25 metros, bellas y austeras, que son una síntesis de sus caprichosas obras de la serie “Humo”. Presenta “Tramas”, obras textiles monocromáticas de telas nobles montadas sobre una construcción de alambre (220 x 100 cm). Introduce su serie de técnicas mixtas “Corazón-Cerebro”, en la que crea varias combinaciones de dibujos didácticos de un corazón y un cerebro, jugando así con la complementariedad de los sentimientos y la razón. Estos experimentos estéticos, aunque algo esquemáticos, han llevado al artista, a su vez, a la hermosa serie de cuadros de gran formato “Héroes” (2005/2006), en la que con una libertad técnica absoluta crea los protagonistas de esta lucha entre mente y alma.

Y finalmente, Salomón no sería Salomón si no desconcertara al espectador con otra vuelta de tuerca: unos “stickers” conceptuales denominados “Punto de Vista” (opinión; textualmente el punto, desde el cual veo algo). Se pueden reproducir a gusto y se los puede pegar en todos aquellos lugares desde donde se considere apropiado repensar algo. Así como lo hace el mismo Gabriel Salomón, que nunca deja de poner en duda su arte.

Este artículo fue publicado el 13.05.06 en el “Argentinisches Tageblatt”.

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