Obras para completar con el pensamiento y la empatía.

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“Magia”, la muestra de Anahí Roitman en agalma.arte

Por Susanne Franz

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En la vidriera de la Galería agalma.arte en Recoleta hay una cortina multicolor. Una niña tira la mano de su abuela al pasar, diciendo: “¡Quiero entrar aquí!” Las cintas de colores de material sintético y los cables parecen llamarla con una voz tentadora: ¡Entrar en el mundo de la magia!

La voz no exagera. Quien ingresa en el gabinete mágico de la muestra de la artista cordobesa Anahí Roitman no deja de asombrarse. A la derecha, al lado de la entrada, por ejemplo, vemos anillos de aluminio de distintos tamaños montados sobre una tela. La obra ha sido creada como instalación flexible en una pared. Cuando uno esta directamente delante de la obra, “únicamente” se ve plateado, desde el costado se reconoce que el lado interior de los círculos de aluminio está revestido con cintas de papel de colores. La obra adquiere una nueva dimensión. Otra lectura se presenta al saber que se trata de recortes coloridos de revistas de arte con nombres y datos de exposiciones.

En frente nos reencontramos con el círculo, en una obra compleja y delicada: Espirales de material sintético de varios grosores y colores están montadas a distintas distancias delante de la tela. En otra obra, cables finos están tensados con clavos sobre tela en forma de caracol. Al principio forman una red densa, después se vuelven más espaciados y se pierden en el espacio. Las sombras de los cables y clavos sobre el fondo blanco cambian según la perspectiva: de cada lugar la obra tiene otro aspecto.

El método de trabajo de Roitman –el principio lleno, explosivo de una obra y la manera en que se va perdiendo– reaparece en todas las diferentes obras de la muestra: en los collages o fotografías, en la espiral de material sintético en el piso, en el marco similar a un totem con “tejidos” de plástico, que cuelgan del techo, como también en la pila de latas revestidas con papeles coloridos en el piso.

El arte de Anahí Roitman se ha desarrollado en pocos años de la representación concreta al estallido conceptual. Su punto de partida – la literatura, la palabra escrita, la lectura – aún hoy se puede ver en las letras, palabras o tiras de papel, que utiliza en la obras. Pero lo importante ahora es lo que provoca la lectura – su función de habilitar al lector de completarla con su imaginación. Anahí Roitman desea lograr este mismo efecto en el observador de su arte.

De este modo crea obras “abiertas”, sistemas inconclusos, que pueden y deben seguir siendo hilados: obras para completar con el pensamiento y la empatía.

  • Hasta el 28 de abril en la Galería agalma.arte, Liberad 1389. Lunes a viernes de 11 a 19, sábados de 11 a 13.30 horas.

Publicado en “Argentinisches Tageblatt” el 25.04.09.

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