Al principio era la línea (2003)

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Martín Kovensky en la Galería “180° Arte Contemporáneo”

Por Susanne Franz

Hay que reconocer que al principio uno se sorprende. En la Galería de Arte “180° Arte Contemporáneo” en la Pizzería Filo, que ahora funciona bajo la dirección de Pelusa Borthwick y Eduardo Miretti, inaugurada recientemente con una exposición del renombrado video artista Carlos Trilnick, se pretenden mostrar las tendencias más recientes del arte moderno. La segunda exposición que actualmente se puede visitar lleva el título “Martín Kovensky, Mirada nómade – Dibujos”. ¿Dibujos? Se accede a la exposición con curiosidad, debido a que ya “conocemos” a este Martín Kovensky: Trabaja desde hace seis años como ilustrador en el diario “La Nación”.

Lo primero que se ve es una pila atada de “Naciones” que cuelga del techo. Allí se balancea el producto de prensa, hace rato desactualizado, ya que – como se sabe – no hay nada más antiguo que el diario de ayer. Esto vale también para el trabajo artístico de Martín Kovensky para el diario. A pesar de que aquí su obra llega a un público amplio, sin embargo, no hay nada tan efímero como este tipo de material. O casi nada. “Lo efímero es sintomático para el tiempo presente”, explica Martín Kovensky al ser preguntado por qué ha pintado una de sus obras directamente en la pared. Al finalizar la exposición será pintada por encima. La idea le atrae.

Cuanto más intensamente se mire alrededor en la exposición, tanto más uno toma conciencia de dos cosas. La primera: Se presentan aquí, efectivamente, las técnicas artísticas más nuevas. Instalaciones, collages de fotos detrás de acrílico, cuadros “ploteados” creados con la computadora, que son montados con un método de filtro UV sobre placas de aluminio de gran formato (Martín los denomina “grabados contemporáneos”). Sin embargo, todos ellos se basan en primer lugar en el dibujo. Y la segunda: Estamos aquí ante un artista que no se encuentra todos los días.

Nacido en 1958, originalmente Kovensky estudió pintura. Ya pronto comenzó a mezclar técnicas y medios, a utilizar medios masivos. Simultáneamente, comenzó a criticarlos con un humor sutil. ¿De qué sirve condenarlos si igual dominan nuestra vida? En contra, al lado, por encima, Martín Kovensky pone su opinión y su mirada personal, su propia estética. La quintaesencia de sus sentimientos y pensamientos siempre expresada con el dibujo, la línea.

Siempre anda con cuadernos que lleva como un diario de dibujo (algunos de ellos se pueden ver en la exposición e, incluso, están a la venta). “Con el dibujo respondo directamente a mi entorno”, dice Martín. “Es la forma de expresión más inmediata.” Remite especialmente a sus cuadernos del año de crisis 2002. “He reaccionado directamente al empobrecimiento, la contaminación del medio ambiente. También la violencia creciente se refleja directamente en mis cuadernos.”

Martin Kovensky ha publicado un libro sobre el año 2002, “Limbo – Argentina 2002, un relato en imágenes”. Se puede adquirir en la exposición, y se recomienda a todos aquellos que han vivido aquí el año 2002, o quienes intentan transmitir a personas interesadas cómo fue esa época. Otro libro del año 1998, “Kovensky 4.0”, brinda un panorama interesante de su obra artística.

Ahora tuvo ganas de hacer una exposición, para él una “forma reducida” de mostrar su arte. Viene poca gente o ingresan a la sala y no permanecen allí mucho tiempo. Esto es una pena, ya que esta muestra es compleja – como muchas facetas de Kovensky. Es, simultáneamente, muy personal y fría, se entiende al mismo tiempo a través de los sentimientos y en forma intelectual.

Este artículo fue publicado el 18.10.2003 en el “Argentinisches Tageblatt”.