Una heroína olvidada vuelve a la vida (2002)

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Una exposición sobre Emilie Schindler en el Club Gimnasia y Esgrima

Por Susanne Franz

emilie.jpgPorqué se organiza una exposición sobre Emilie Schindler en el Club Gimnasia y Esgrima, lo explica su biógrafa Erika Rosenberg, que se convirtió en su portavoz apenas un año después de la muerte de Emilie Schindler el 5 de octubre de 2001 en Alemania. La razón: el Club fue el único que la invitó a Emilie Schindler en vida. Por eso, le corresponde el honor de mostrar más de cien documentos del legado que Erika Rosenberg con mucho amor supo conservar. Hay fotocopias y reproducciones de numerosas cartas pegadas en cartón con textos explicativos en español, papeles oficiales y algunas páginas de la famosa “Lista de Schindler” con los nombres de los más de 1200 judíos salvados por Oskar y Emilie Schindler.

Erika Rosenberg logra recrear la imagen de la valiosa vida de Emilie Schindler con mudos pero elocuentes testimonios colocados en vitrinas. Ante todo, quiere derribar un mito: la viuda de Oskar Schindler no era una mujer rica. Por el contrario, en vida no tuvo tanto como su nombre lo merecía. Hay una carta de los Universal Studios de Hollywood con el cálculo de las pérdidas que generó la película “La lista de Schindler”. No se les pudo reclamar nada.

Hasta el final de la filmación parece que Stephen Spielberg no entendió con quién trataba: invitó a Emilie Schindler a Jerusalén para rodar la última escena, en la que los “verdaderos” salvados actuaban –y no solo se dirige a ella como una de las salvadas, sino que también invitó a su marido (!), Oskar Schindler, fallecido mucho tiempo atrás y protagonista de su propio film–. Seguramente, se les caerá la imagen de Stephen Spielberg a sus admiradores, cuando lean la carta que le escribió a Emilie.

Hay otros documentos que dan cuenta de las pobres condiciones de Emilie: hojas de un anotador donde ella calcula cuánto puede gastar para los alimentos básicos, la orden de pago de un juicio alemán por más de 3000 marcos después de que Emilie intentará en vano recuperar la valija de Oskar Schindler y lo perdiera. Algunos cheques de salvados por algunos céntimos.

Pero esto no significa que Emilie Schindler fue una mujer con un destino desgraciado que tiende a la queja. Amiga de la naturaleza y los animales, era de carácter fuerte y sabía bien lo que quería. Un permiso para portar armas muestra que posee una pistola. Si alguien irrumpiese en su casa, ella le dispararía. Cuando en 2001 regresó a Alemania por propio deseo, la mujer de 93 años se dirigió a dos policías grandotes en el aeropuerto, diciéndoles: “¿Por qué están tan gordos?”. Ambos explicaron que hacen mucho trabajo burocrático. Esta anécdota también está testimoniada con una foto.

Una parte de la muestra ilustra la contradictoria relación con Oskar Schindler: la historia de un matrimonio turbulento con un infiel lisonjero, que ella amaba mucho como para dejar. La fábrica, la salvación de judíos arriesgando su propia vida. Emigración hacia Argentina, el libro español con el que aprendieron el nuevo idioma. La lista de pasajeros del barco en el que Oskar Schindler, su mujer –y también la amante de Oskar– viajaron a Argentina. Intentos fallidos de construir una nueva existencia, el viaje de Oskar a Alemania, de donde nunca volvió. Cartas y postales a Emilie, y finalmente su muerte, de la que Emilie se enteró por el diario La Nación.

También está documentado el artículo “Madre coraje” sobre Emilie, escrito por el ex jefe de redacción del Argentinisches Tageblatt, Peter Gorlinsky, a quien hay que agradecer, porque se debe a él que Emilie Schindler fuera recordada.

Una parte importante de la exposición es la última. Allí se pueden ver los honores a Emilie Schindler, como, por ejemplo, la Cruz de la Orden del Mérito alemán (¡aunque un rango menos que la que le otorgaron a Stephen Spielberg!), la ciudadanía de honor entregada por la nación argentina. Estos reconocimientos significaron mucho para Emilie Schindler. Y es una pena que ella ya estaba demasiado enferma para estar en la inauguración de la muestra permanente con su legado que se abrió en presencia de Gerhard Schröder en la Haus der Geschichte de Bonn, lugar al que le cedió la tenencia de sus documentos. El acto de donación también se puede ver en la exposición.

La valiosa exhibición “Emilie Schindler, una heroína olvidada” también será llevada en octubre a la Feria del Libro de Frankfurt y de allí irá a Budapest y Berlín. Erika Rosenberg prepara otras exposiciones para Melbourne, Australia, París y Washington. Le prometió a su amiga Emilie Schindler no dejar que su historia se hunda en el olvido. Y se lo tiene más que merecido.

Este artículo se publicó el 14 de septiembre de 2002 en el “Argentinisches Tageblatt”.

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