Cielo argentino (1998)
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Eduardo Iglesias Brickles expone en el Centro Cultural Recoleta
Por Susanne Franz
Antes de entrar en la Sala “C” del Centro Cultural Recoleta -uno de los espacios de exposición climatizados recientemente inaugurados del Centro, al lado de la Sala Cronopios- hay en una pared dos obras del artista Eduardo Iglesias Brickles con escenas de boxeo que vimos hace dos años en su exposición “Paraísos perdidos” en la Galería Atica. Si bien existen paralelos con sus obras más recientes, también se notan diferencias que dan cuenta del gran paso adelante que dio el artista para llegar a esta nueva etapa.
En algunas de las nuevas obras de Iglesias Brickles -que muestran caras gigantes creadas en su técnica expresionista de la “xilo-pintura”- todavía está ese marco oscuro que hace aparecer las escenas de los últimos cuadros como en un spotlight. Después, desaparece. Y ahí están las caras en el medio de la nada, volando como globos gigantes sobre paisajes, por delante de rascacielos de ciudades o por encima del empedrado. Algunos están rodeados por diamantes -como en la pintura que da el nombre a la muestra, “Cielo argentino con diamantes”-, otros por triángulos, como en “El Místico” de los ojos cerrados, o por otros símbolos.
Cada cara es única, singular, cada una contiene toda la historia de la evolución humana, la memoria colectiva, y cada una tiene su propia historia personal: el destino, los sueños, y las experiencias que todos recibimos como el campeón de boxeo recibe los golpes.
Algunas de las historias que narran estas caras de Iglesias Brickles son difíciles de entender para quienes no son de acá: es porque son diamantes por encima de un cielo argentino. Lo mismo pasa con algunos de los textos en un suplemento que publicó Página/12 con motivo de la exposición del artista.
Lo que importa en términos universales es que Eduardo Iglesias Brickles es un artista de primera línea que se destaca no solo en el ambiente artístico local. Pocas veces nos sorprendimos tanto, estuvimos tan conmovidos, como frente a su excepcional lenguaje visual, comparable quizás con la fuerza expresiva del muralista Diego Rivera, pero con una fuerte dosis del humor del pop art.
Cinco estrellas para esta muestra que se puede visitar hasta el 20 de diciembre.
Foto:
“Cielo argentino con diamantes”, óleo y tinta sobre madera, 160 x 110 cm, 1997.
Publicado en “Argentinisches Tageblatt” del 5 de diciembre de 1998.