“Un sistema que evidentemente no funciona”

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Con su film “Picco”, Philip Koch critica las cárceles para menores en Alemania

Por Dilay Türk

El regisseur alemán Philipp Koch (28) nos impactó, espantó y conmovió con su film “Picco” que fue proyectado en la nueva edición del Festival de Cine Alemán de Buenos Aires. El drama narra el calvario de un menor detenido que es maltratado brutalmente por otros tres detenidos que comparten su celda común y terminan por matarlo. Este caso tan estremecedor, basado en un hecho real, ocurrió en un centro de menores en el año 2006. En esta entrevista, Philipp Koch, guionista y director de la película, nos comenta sobre los motivos de su proyecto.

DT: ¿Cómo se siente con el debut en Cannes?

Koch: Cuando fuimos invitados, estuvimos festejando todos juntos durante cinco días sin parar. Podríamos decir que ir a Cannes es el “sueño originario” de todo cineasta. Y que esto ocurra con mi ópera prima –fue el film con que egresé de la escuela de cine– fue un gran anhelo, aunque también una utopía. Por eso, cuando se hizo realidad, nos quedamos paralizados. Los diez días en Cannes pasaron volando y, naturalmente, fueron muy intensos.

DT: ¿Por qué decidió hacer un film de estas características?

Koch: La finalidad podría resumirse como crítica social. Este tema lo abordó un exministro de Justicia alemán, Gustav Radbruch. Él decía: no necesitamos mejores cárceles, necesitamos algo mejor que cárceles. Con el film, se trató de mostrar que este sistema está en decadencia y que simplemente no funciona. Hay un porcentaje de 80% de casos de reincidencia, reaparecen casos de torturas. En las cárceles alemanas cada tres días muere alguien. Estas son las situaciones actuales y la sociedad mira para otro lado. Por eso, quiero llamar la atención y casi obligar a los espectadores a que lo vean. Hacia el final del film, hay una provocación directa y literal.

DT: ¿Cómo comenzó a sumergirse en esta temática?

Koch: Primero, el caso en Siegburg de 2006. Tuvo mucha repercusión en los medios alemanes. En ese momento, el tema era tan fuerte que, como la mayoría, miré para otro lado. Pero siempre me quedó en la cabeza y, cuando tuve que hacer el film para recibirme de la escuela de cine, diría la última instancia en la que se pueden contar cosas realmente radicales en Alemania, me pareció que encajaba perfecto.

DT: ¿Cómo preparó a los jóvenes actores?

Koch: Naturalmente tuvieron muchas entrevistas con jóvenes que estuvieron detenidos. Cada uno tuvo su forma de transitar esa experiencia. Hicimos muchas pruebas para lograr la mejor actuación. Respecto a las escenas más extremas, solo podemos decir que estos chicos son muy profesionales y ya trabajan en el ambiente desde hace años, lo que en verdad facilitó las cosas. Y podemos afirmar que este tipo de escenas tan provocadoras logran su efecto gracias a la técnica de los actores. Para Joel Basman, quien actúa de víctima, fue en verdad difícil. Antes de cada escena fuerte, se tomaba cinco minutos para ir bien hondo en su interior.

DT: ¿Hubo momentos en que el rodaje fue angustiante?

Koch: Para los que miran la película, es bastante difícil de imaginarlo, pero el ambiente en el rodaje era genial. Estábamos en una cárcel de verdad, lo que, de por si, es un lugar bastante deprimente. Pero con la idea de que “estamos acá trabajando juntos y queremos hacer una obra cinematográfica”, pudimos sobrellevarlo muy bien. Todo el equipo estaba súper entusiasmado con el proyecto. Luchamos juntos por llevarlo adelante. Por eso, había magia en el ambiente, a pesar de estar en una cárcel. Fue el mejor rodaje que viví hasta ahora.

DT: ¿Usted es de los que opina que solo se puede sacudir a las personas mostrándoles escenas de una brutalidad extrema?

Koch: La película no fue hecha para provocar adrede, no era el interés de nadie. Pero, como es el primer film que trata sobre las cárceles de menores en Alemania, fue importante mostrar qué es lo que pasa sin esconder nada. Si hubiese evitado o quitado esas imágenes tan extremas, habría sido como filmar Titanic y omitir que murieron 3000 personas.

DT: ¿Ve iniciativas para mejorar el sistema de cárceles de menores?

Koch: Somos concientes de que no se muestran alternativas. Con “Picco”, nosotros quisimos evidenciar y hacer comprender a la gente que el sistema no funciona. Y no cómo podría ser de otra manera. En el film se insinúan un par de soluciones que aparecen un poco escondidas. Es importante la pregunta que se genera a partir de la escena de la visita. Allí queda en evidencia que los centros de menores son como la estación final y ya es muy tarde poder cambiar algo. Y que no se trata tanto de un problema judicial, sino que, en un contexto más amplio, es un problema social; que debería evitarse que la juventud termine ahí.

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