En busca de la inspiración (1998)
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La acuarelista Irene Luedicke
Por Susanne Franz
Arquitecta y urbanista de profesión, estudió diseño gráfico, y se desempeñó como paisajista. Sin embargo nunca le alcanzaron esas tareas tan creativas por un lado pero, a su juicio, racionales y limitantes. Cuando todavía estudiaba empezó a interesarse por la pintura y comenzó a estudiar dibujo. Fue alumna nada menos que del famoso artista Kenneth Kemble. En su búsqueda permanente del mejor medio para expresarse, encontró a la renombrada pintora Nelly O’Brien de Lacy, y con ella dio sus primeros pasos en el excitante campo de la acuarela.
Irene se quedó así con esta difícil técnica. La hizo suya, la enriqueció probando siempre nuevas ideas, experimentando y sintetizando. Su profesora Nelly casi se quedó sin palabras en una de las últimas muestras de la artista. “¡Hiciste tanto con lo que te enseñé!”, se maravilló.
Los paisajes de Irene Luedicke son paisajes del alma. Sobre todo antes del nacimiento de su hijo, viajó mucho acompañada de su marido: a Europa, Estados Unidos, Medio Oriente y por Latinoamérica. Las imágenes de los paisajes que vio a lo largo de estos miles de kilómetros hechos en auto se grabaron en su memoria.
Eso es lo que pinta cuando se siente arrastrada por su creatividad: la síntesis de esas montañas, esos bosques, flores, árboles y noches inolvidables. Actualmente, el agua y el cielo son especialmente actractivos para esta entusiasta aficionada de la navegación a vela. Cuando está creando -captando las imágenes de su memoria y volcándolas en sus obras-, también su estado de ánimo influye en su trabajo. Así puede ocurrir que una serie de obras con luminosos árboles de otoño se llame “Posesión”. Y la serie denominada “Tormenta” puede representar tempestades reales o internas.
Irene Luedicke se ha transformado en una verdadera maestra de la acuarela. El espectador queda encantado con la asombrosa liviandad y la perfecta armonía de las obras que no delatan en lo más mínimo el duro trabajo de la acuarelista. Sus obras dejan oír la música que la acompaña cuando pinta, y en ellas se manifiesta la vida, fuente de inspiración de esta artista.
La argentina descendiente de alemanes tiene actualmente sus propios alumnos en su taller en Martínez (Tel: 793-5028).
Publicado en “Argentinisches Tageblatt” del 31 de enero de 1998.